En mí,
existe una sola lucha.
Hay muchas
que cargan el peso
de unas más.
Algunas,
las llevan en su piel.
Otras,
en sus rasgos.
Y muchas,
en los bolsillos.
Yo
tengo la lucha
que me tocó.
La de mis órganos;
la de todas.
Aunque,
no es cuestión
de saberse más sufrida,
menos sufrida.
Pero sí,
de encontrarnos.
De sabernos unidas.
Fuera de mí,
existe la lucha.
Algunas,
la llevan en sus gustos.
Otras,
en su vientre.
Y muchas,
la heredaron.
No es cuestión
de saberse más sufrida,
menos sufrida.
Es cuestión
de saberse
en lucha.